martes, 24 de julio de 2012

Viaje estelar...


Hace mil noches volamos hacia las estrellas…

Tú me mirabas con esos ojos negros que se confundían con la noche tibia que nos abrazaba. Mis piernas tiritaban de frío y tú sin preguntar me cobijaste con ese abrigo tuyo que llevabas puesto para besarme la frente después.

Cuando pasamos las nubes me tomaste entre tus brazos y vimos las luces pequeñas de las ciudades. Me preguntaste -¿Te gusta lo que ves? Es tuyo, dijiste sin darme tiempo de responder a nada. Te sonreí y en tus ojos la vida se veía más bonita.                        

Después llegamos, eran las estrellas, el universo, los planetas que bailan bajo nuestros pies. ¿Quién te dio permiso de enamorarme de esa forma? Así con esa seguridad de amor y cariño. Y con tu mano tomaste una, la pusiste en mi pelo. Y rosaste mi mejilla con tu mano y mi rostro contesto esa caricia. Nunca me había sentido tan dueña del universo y esa noche me lo regalaste.

Aún siento tu mano en mi cintura cuando bailamos ese vals estelar entre estrellas fugaces y cometas.  Aún te recuerdo mamando las constelaciones en la vía láctea , aún te recuerdo echando tu tristeza en hoyos negros y yo tan maravillada de la vida como te tus promesas.

Hoy el tiempo me demuestra que las promesas son sólo las palabras que te mantienen vivo y con ganas de luchar, pero que no siempre son ciertas. Hoy ese viaje es un recuerdo latente que me besa los labios y me quita el sueño, algo que me dice que nada es para siempre y que para siempre es mucho tiempo… A pesar de todo ese baile cósmico lo recuerdo como un momento luminoso en mi vida, una luz que le dará siempre brillo a mi corazón… A pesar de todo. Yo te voy amar hasta que todas las estrellas se apaguen…