La conocí cuando era apenas un chico. Muy
joven. Ella estaba en la calle y yo simplemente pasaba por ahí, como todos los
días. Estoy seguro de que ella me miró por un segundo pero su labor era más
importante que yo en ese momento. La vi tan enardecida que su sola presencia
hacia que todos voltearan a verla. Tan llena de pasión y furia que impactado me
dejo. Era nuestro primer encuentro. Era nuestra primera vista.
Al otro día salí con la intensión de
encontrarla y para mi sorpresa ahí estaba, rozagante, firme y hermosa, como si
diario se bañara en una tina llena de rosas que sueltan su perfume para que
ella me hechizara. Era un flor de acero con pétalos de diamante, su belleza
inspira y conociéndola su pureza enamora. Yo tenía que saber quien era ella así
que decidido no tarde ni un día mas. Quien iba a decir que dentro de tan
maravillosa flor existiera tanta dulzura, tanta calidez y nobleza. Era nuestra
segunda vista y estábamos enamorados. Muy enamorados.
La lleve a mi casa, la presente a mis
padre, mis amigos, mis maestro y mis vecinos, pero como es costumbre en todo
gran amor siempre existe un conflicto. Mis padres no la entendieron, mis amigos
la pretendían pero nunca la tomaron en serio, algunos de mis maestros la odian
y mis vecinos la miraban raro. Yo dejé mujeres, amigos y familia por ella y
hasta este punto no me arrepiento de nuestro amor. Poco me importa que no la
acepten, ella tiene amor hasta para quien la odia.
Ella es mucho mayor que yo, pero parece tan
joven, tan renovada día a día, ella es el arquetipo de amor al que todos
deberíamos aspirar tener. Entregado, sincero, pasional y firme. La lleve a mi
casa, la senté en mi mesa, la amé en mi cama y siempre fue cariñosa. La tomé,
la bebí, la respire y también le lloré. Ella me dio compañeros, amigos y
camaradas un techo y comida. Me dio un motivo para vivir, para no rendirme y
para verla florecer siempre. También la vi entregarse a otros hombres y mujeres
de la misma forma que conmigo. Ella no distingue sexo, raza, religión, ella
sólo quiere que la amen de la misma forma que ella ama. Desesperadamente,
locamente, infinitamente y la lealtad es el suelo en el que ella siempre pisa.
¿Celoso? Me gustaría que todos los días un
hombre nuevo llegara para que ella sin piedad lo violara con sus ideas, con su
física y con su espíritu. Me gustaría que todos los que dicen ser sus amantes y
no lo son ardieran en llamas eternamente y sé que ella también, no aceptamos
traidores.
Te pienso amada mía, aún estando de
rodillas como estoy. Este amor me llevo a mi muerte y no quisiera que fuera de
otra forma. Por ti doy la vida sin pensarlo pero sintiéndolo. El opositor me ha
tomado. Pero de ti he aprendido que los tiranos caen y que muchos de tus
amantes morimos para un bien común. Qué mejor bien que el amor que yo te tengo
a ti. Me despido de ti con un cañón en la nuca y que el sonido del disparo no
te asuste ni te calle nunca. Te amo mi bien amada REVOLUCIÓN.
Dedicado a todos los amantes de la lucha.