Era mucho dolor, con mi existencia quería acabar…
El amanecer se ha hecho mi enemigo, no me deja seguir soñándote, no me deja estar contigo ni en mi mente. Y así fue como decidí pararme enfrente del ese abismo, enfrente de la nada.
Ahí parada se apareció mi amiga inseparable. Ahí estaba como esperándome, burlona como siempre. Mis lagrimas apenas y me dejaron distinguirla, en ese paramo existencial sólo ella se podía posar junto a mí.
Ardí en llanto y mire hacia abajo. Era muy oscuro, como el oscuro de tus grandes ojos. Y con esa comparación me di cuenta que tú me seguirás hasta en mi muerte. Hasta mi último respirar, hasta que mis ansias de hagan polvo y que mi corazón se vuelva cenizas.
Mis rodillas tocaron la orilla de la tierra. Sí estoy derrotada, me he quedado sin tu amor y me siento sin alma en el cuerpo, triste y cruelmente devastada. Un intento fallido de acabar conmigo. No pasa nada. Es el sabor del desamor, el sabor del olvido y la recaca de mi corazón embriagado de ti...
Así mi amiga tubo que esperarme un poco más...