He de buscarte por los mares, por los cielos, en los confines de la tierra y hasta en los sueños.
He de caminar por el valle de las sombras y enterrar mi cuerpo, te buscaré en las lunas, te buscaré en mis pensamientos y una cosa te he de decir, donde quiera que te muevas por el oceano que cruces, por la vida en que camines te seguiré. Seré tu sombra y la vigilante fiel de tu respiración, seré el suelo que pisas y el cielo que miras.
La guarDiana de tu vida esa seré. Cada palpitar tuyo sera registrado en mi memoria, en mi corazón.
Bajaré por tu pies y subiré por tu cuello, cual serpiente que se enrreda en ti, que te lastima y no te deja respirar consumiendo tu cuerpo, quitándote la vida, robando cada día un poco de tu alma.
Tu celadora y protectora, hasta el final de los tiempos, hasta el final de tu existencia, pues tu último latido para mí será.
Confesiones de una alcoholica muy psicópata.
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