jueves, 8 de agosto de 2013

Perdida de corazón Parte 1


He vivido más años de los que he querido. La muerte sigue sin perdonarme y la vida parece ser más terrible al pasar los días. ¿Quién dice que ser inmortal es bueno? Lo difícil que es ser errante siempre y tener que dejar ir a los demás. La esperanza se desmorona y las ilusiones se reducen a cenizas como… como el corazón.

He vivido mucho, he pasado terribles cosas, pero ninguna como perder el corazón.
¿Perder el corazón? Si, siempre e tenido fama de descuidada y pues aunque parezca el colmo, es verdad que lo perdí. O bueno, me lo robaron. Cada vez que uno se enamora el corazón se emborracha de amor. Por si no lo sabían. El corazón se hincha de amor y el amor en el cuerpo se vuelve una sustancia altamente volátil. Emborracharse de amor, no es lo mismo que emborracharse con alcohol, pero provoca un estado similar, como por ejemplo te vuelve dócil, alegre, extremadamente cariñoso, fácil de convencer, terco, te da ilusión y esperanza que tal vez no existen, te hace mas sensible a lo que te rodea y pues en el cuerpo causa hambre, ansiedad, insomnio y varios desajustes más.

Todo empezó porque a mí me gusta visitar la playa, pero por mis múltiples ocupaciones no puedo ir tan regularmente como me gustaría. Así que decidí ir a una playa nueva y sin conocer a nadie de por ahí. Al llegar a la arena y sentir la brisa del mar, noté una presencia de esas mágicas, un lugareño con poderes de la palabra estaba cerca y mis sentidos se pusieron alertas, no puedo confiarme de nadie, a estas alturas de la vida está mal tener confianza en magos. La presencia desapareció y supe que el había huido de mí. Esa tarde me hubiera ido.

A falta de refugio me fui a dormir dentro del mal en un coral con los peces. No me gusta el agua de mar, pero era un lugar seguro, antes del amanecer, desperté, pero vi una cara a menos de un metro de mi acercándose más y más. ¿Cómo era esto posible? Hace años que nadie se acercaba a mí sin antes yo notar su presencia y para mi desgracia era aquel mago. ¿Qué, por qué y para qué? ¿Acaso quería comerme los ojos? Como pude salí del mar, llegue a la orilla y lo enfrente, pero el fue directo y justo al grano, ¿Qué quería? MI CORAZÓN.

Ni siquiera era un brujo, sólo era un poeta. Nunca he creído en el amor a primera vista pero su convicción era tanta que por alguna razón no me fui de ese puerto. Después de vivir tanto, la vida humana y la inmortal no corren al mismo tiempo y lo que para mí fueron unos lindos días en la playa, para él fueron largos y angustiosos meses, al darme cuenta de que sus esfuerzos eran tan agotadores decidí darle la oportunidad. Escuchar sus versos cada noche me hacía sentir humana, la oportunidad de sentirte frágil y cuidada era tan maravillosa que no la desaprovechaba, el amor ha llegado tan pocas veces a mí con tanta fuerza que me perdí en sus lecturas y en sus ojos que reflejaban el mar, lo que no noté era que mis días felices para él se convirtieron el largos y cansados meses.  

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